Me despierto muy temprano, enciendo la radio, leo lo que aparece en mi móvil, se abren las ventanas con noticias del mundo en mi notebook, reviso mis mails y mis WhatsApp y encuentro a los de siempre.

Los FOREVER BIEN  y los FOREVER MAL

¿Qué significa esto?

Todos vivimos una realidad que analizamos y juzgamos desde nuestra propia óptica, el tema es, ¿Cuál es la óptica que usamos para leer la realidad?

Martín Seligman, en su libro “Aprenda Optimismo”, nos muestra que existen distintos modelos explicativos para interpretar la realidad en que la  vivimos.

Los estilos explicativos son:

  • Optimista  o Pesimista en diferentes intensidades
  • Optimista o Pesimista en diferentes frecuencias
  • Optimista o Pesimista responsable (que se auto responsabiliza de todo) o irresponsable (el que pone todo afuera).

Hoy quiero hablarles del FOREVER

El FOREVER  es aquella persona que siempre evalúa la realidad de una u otra manera, que ha constituido como hábito ese estilo de pensamiento que lo caracteriza y lo conduce a un camino, que no siempre es el adecuado para su bienestar.

Si tenemos en cuenta que lo único constante es el cambio, es tan peligroso ser FOREVER BIEN como FOREVER MAL porque indicaría que perdimos el criterio de realidad. Estas apreciaciones no pueden ser constantes porque la vida es dinámica, estas formas de ver la vida tienen que ser variables porque la realidad también lo es.

La buena noticia es que desde la psicología cognitiva conductual, se sabe que, cierta forma de pensar instalada como hábito, hace que esos pensamientos desencadenen ciertas emociones y ciertas acciones provocando determinados resultados. También se sabe, que esta situación, logra que se arraiguen una serie de creencias que pueden ser potenciadoras, pero también, limitantes.

Las creencias limitantes obstaculizan acciones, las potenciadoras  las apalancan.

Los tipos de  pensamiento  no necesitan ser siempre los mismos. Puedes elegir cómo pensar y en función de lo que decidas tus creencias te limitarán o te ayudarán a avanzar.

Si bien es cierto que la vida es imperfecta y nos pone a prueba constantemente, nadie puede quitarte la posibilidad de elegir como pensar, parafraseando a Víctor Frankl.

Alejarse de las personas tóxicas y las noticias tóxicas, tiene que ser un hábito para nosotros, no significa permanecer ajeno viviendo en una burbuja mágica, significa proteger la mente y el cerebro de efectos dañinos y nada saludables.

Trabajar para lograr el hábito de ocuparnos de lo que podemos manejar, de lo que está dentro de nuestras posibilidades de abordaje (en otro artículo lo mencioné como Locus de Control), nos genera bienestar y nos permite ver una realidad menos polarizada y menos surrealista. Esto nos otorgará la posibilidad de vivir más sanos y más felices.

¿Te reflejas con alguno de estos estilos?