El CAMBIO EN LA PROPUESTA DE VALOR DE UN NEGOCIO
Cambia y todo cambia, como dice la canción y las propuestas de valor también. Como lo único constante es el cambio, es fundamental ser lo suficientemente flexible para que los cambios también aborden la propuesta de valor de un negocio.
Ejemplos como Nokia y Blogbuster, nos dejaron como enseñanza la importancia de adaptarse a los acontecimientos para subsistir.
Ajustar la propuesta de valor a los cambios contextuales, es fundamental para cualquier negocio, por esto es fundamental que conozcamos a nuestros clientes y a nuestra competencia para analizar en qué aspectos debemos adaptar nuestra propuesta de valor.
El tener muy claro el contexto en el que se desarrolla el negocio, también es de alta importancia a la hora de revisar las propuestas hacia los clientes.
Elementos como el tiempo, la experiencia, la calidad, la agilidad, son algunos de los que, los consumidores, muchas veces buscan encontrar en los servicios/productos que adquieren.
Cuando se habla sobre el clientecentrismo, algunos negocios todavía no conocen a sus clientes. Cuando digo conocer, hablo de empatizar con el cliente, entendiendo realmente lo que percibe como valioso, lo que disfruta, las expectativas que tiene.
Lo fundamental es que la propuesta de valor se desprenda del mapeo del cliente, es decir, que se logre obtener la información referida a los dolores que el cliente posee y a los aspectos que lo gratifican.
La idea de generar un espacio de cocreación, de participación de los distintos niveles de una organización que pueden aportar ideas en relación a lo que el cliente requiere, suma , y mucho.
El mapeo del cliente se puede hacer entre todos y de la misma manera se puede dar paso a la generación del mapa de valor para reducir la incertidumbre del impacto de la propuesta minimizando riesgos.
Recordemos: conocer nuestro cliente, nuestro contexto (incluyendo la competencia) y sobre este mapeo, construir una propuesta que dé respuesta a los requerimientos de los clientes y realizar revisiones y ajustes periódicos, es lo que puede prolongar la vida de un negocio.
¿Cuánto hace que no revisan en tu organización la propuesta de valor?
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